El movimiento de estudiantes en España ha sido relevante en la confrontación política desde mediados del siglo XX, aunque su papel y relevancia ha ido variando en distintos momentos.
Remitiéndonos a los acontecimientos históricos, uno de los primeros momentos en que los estudiantes universitarios españoles muestran su fuerza será en 1968, en plena dictadura franquista. Los estudiantes, principalmente en la ciudad de Madrid, se rebelaron contra la dictadura en distintas movilizaciones en las calles y con la efervescencia de protestas culturales que, enmarcadas en los hechos de las revueltas internacionales de los años 60, presentaron un hito en las movilizaciones de estudiantes de España. Prueba de aquellas revueltas son las canciones protesta del cantautor Raimon con un mítico concierto en la Universidad o, más adelante, la canción que les rindió tributo de Ismael Serrano “Papá cuéntame otra vez”.
Aquellas protestas, que habían seguido a algunas otras menos ruidosas pero también importantes algunos años antes, empezarían a marcar la lucha en la calle contra el franquismo. En el ámbito de la universidad se desarrolló buena parte de las movilizaciones, entonces principalmente secretas, contra la represión y por la libertad.
Universitat de Valencia,Facultat de Geografía e Historia |
Con la llegada de la dictadura, las aulas no se calmaron y siguieron siendo núcleos de la protesta, en torno a la universidad se creaban debates y se encendía la lucha, siempre cercana a la voz de la calle. Cabe decir que sería en los finales de los setenta, con el nacimiento de la democracia, cuando la universidad recobró buena parte de la voz que no había tenido antes y la acción de las asociaciones de padres y madres de alumnos tuvieron una influencia importante en la construcción de las escuelas de la democracia.
En los años ochenta las movilizaciones ciudadanas seguirán cerca de la universidad, sobre todo a partir de 1986, cuando se produce el primer gran distanciamiento entre el gobierno socialista y las bases sociales al rechazar gran parte del clamor social la entrada en la OTAN y algunas otras medidas principalmente económicas como será el Plan de Empleo Juvenil, será en ese tiempo cuando los estudiantes vuelvan a salir a la calle para protestar con fuertes movilizaciones.
La lucha de los estudiantes siempre ha estado muy cercana a las inquietudes del resto de la sociedad, buena parte de los estudiantes españoles provienen de las clases medias y la lucha de unos se encuentra cerca de la de los otros.
Las protestas de los estudiantes españoles siempre han estado muy vinculadas a los principales movimientos sociales, han sido muy activas en las protestas contra las grandes reformas educativas, aunque con escaso éxito. En la primera década de los años 2000 las protestas contra la integración del Plan Bolonia serían masivas, llegando a ocupar los estudiantes algunas universidades y a realizar protestas de forma continuada, pero sus éxitos seguirían siendo mínimos, pues las instituciones políticas siempre miraban hacia otra parte y la voz de la comunidad educativa no siempre fue de la mano.
También han sido destacadas las movilizaciones de los estudiantes en contra de los duros recortes que la actual crisis económica tiene sobre el ámbito de la educación. Una de las primeras muestras fue la toma de la calle que se produjo en febrero de 2012 en la ciudad de Valencia a consecuencia de la desproporcionada violencia que la policía ejerció contra un grupo de estudiantes menores de edad que cortaron las calles del centro sin autorización para protestar por los recortes en calefacción y servicios básicos. La desmesurada reacción policial originó un seguido de protestas en las calles de la ciudad durante los días siguientes, que se saldaron con múltiples heridos y detenidos y apenas tuvieron consecuencias políticas.
La actual crisis económica está afectando a los estudiantes en diversos sentidos. Los recortes están obligando a reducir la oferta de servicios a los estudiantes (menos profesores, menos grupos docentes,…), al mismo tiempo que los precios de estudiar en la universidad han subido más del 20% en la primera matrícula (hasta un 75% para la tercera vez que un estudiante se matricula de una asignatura) y se han recortado las ayudas y becas a los estudiantes, que siempre fueron escasas en España.
La mala situación de la educación no es lo único que lleva a los estudiantes a salir a la calle, las elevadas tasas de desempleo entre los jóvenes menores de 25 años se situaban en octubre de 2012 en el 52’9%, una cifra desconocida hasta ahora y que desmoraliza a la juventud española. Es esta generación de jóvenes la más y mejor preparada de la historia del país y la que menos posibilidades está teniendo. Esta situación lleva a que muchos jóvenes hayan tenido que abandonar el país emigrando a otros lugares del norte de Europa buscando mejores oportunidades.
A lo largo de este curso las protestas siguen en la calle y los estudiantes han protagonizado algunas de las marchas más multitudinarias contra los recortes pero a la vista de que las huelgas y manifestaciones tienen un efecto reducido empiezan a proponerse nuevos métodos de acción como ha sido el hecho de sacar algunas clases a la calle en la ciudad de Madrid. Los nuevos tiempos exigen nuevas formas de movilización y las nuevas herramientas como internet están permitiendo nuevas formas de lucha. Los estudiantes españoles se organizan principalmente entorno a asociaciones, organizaciones propias y sindicatos que los representan en las distintas instituciones.
En los últimos meses, por la gravedad de la crisis, las protestas están siendo cada vez más masivas y la acción de la policía se ha hecho más dura para responder a las movilizaciones de los estudiantes, buena muestra de ello son las manifestaciones en Valencia de febrero o, más recientemente, a lo largo de las últimas huelgas y manifestaciones en muchas ciudades españolas.
Es difícil pronosticar hacia dónde va a ir la movilización de estudiantes en los próximos meses, pero es seguro que las protestas no van a terminar aquí: la situación es complicada porque han empeorado las condiciones para los estudiantes (menos ayudas y becas para estudiantes, recortes, reducción de oferta) y el futuro está oscuro con la gran dificultad de encontrar una salida profesional decente dentro del país antes de buscar oportunidades fuera. Además, las reformas que se están impulsando sin escuchar a la comunidad educativa parece que distanciarán todavía más a los estudiantes de las instituciones políticas. Ante este nuevo momento es probable que aparezcan nuevas formas de movilización más allá de huelgas y manifestaciones. Los estudiantes se encuentran concienciados y activos en la lucha y dispuestos a buscar otras formas de protesta para hacer llegar sus reclamaciones a quienes tienen la obligación de cumplirlas, como se ha visto en los últimos meses. La decepción y frustración que en estos momentos reina en la sociedad empujará a más estudiantes a salir a la calle y, de nuevo, los jóvenes buscarán volver a tener voz en el tiempo que se abre.
Valencia, 14/11/2012. |
Víctor Pons